Venus pudo albergar vida, pero Júpiter se lo impidió
Pero lo cierto es que antes de que pasará eso Venus pudo albergar vida durante más de 3.000 millones de años, poseyendo océanos, disfrutaba de un clima templado, con cielos azules y grandes cantidades de agua corriendo y formando mares y ríos por toda su superficie.
Sabemos, por ejemplo, que su superficie actual es relativamente joven, "solo" entre 300 y 700 millones de años, y los datos recabados por las misiones espaciales que lo han visitado hasta ahora sugieren que, alguna vez, su atmósfera tuvo mucha más agua de la que contiene hoy. Por lo que sabemos, Venus podría haber albergado abundante agua líquida en su superficie, y haber tenido placas tectónicas y un clima templado y estable.
Existen varias teorías que tratan de explicar qué es lo que condujo a la drástica transformación de Venus. Algunas apuntan a un calentamiento gradual del Sol, que habría sobrecalentado el planeta después de haberle permitido disfrutar de un breve periodo de habitabilidad; otras hablan de la súbita aparición desde el interior, hace unos 4.000 millones de años, de todo un océano de magma y gases de efecto invernadero que lo habrían cambiado por completo, dejándolo en su estado actual.
Cuando Júpiter comenzó a formarse como planeta, hace unos 4.500 millones de años, se acercó y alejó del sol “debido a las interacciones con el disco del que se forman los planetas, así como con los otros planetas gigantes”. Este constante movimiento a su vez afectó a Venus. Su capacidad de perturbar las órbitas de otros planetas se debe a que Júpiter posee una masa que es dos veces y media la de todos los demás planetas de nuestro sistema solar, combinados.El movimiento de Júpiter probablemente fue lo que encaminó a Venus a su inhóspito estado actual.
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Fuente: Universidad de California en Riverside/ Planetary Science Journal
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